lunes, 13 de enero de 2014

La paz en el mundo .


El Día Escolar de la No Violencia y la Paz —también conocido como DENIP (acrónimo, del catalán: Dia Escolar de la No-violència i la Pau) o día escolar de la Paz— es una jornada educativa no gubernamental fundada en España en 1964 por el poeta y pacifista mallorquín Llorenç Vidal como punto de partida y de apoyo para una educación no-violenta y pacificadora de carácter permanente y que se practica el 30 de enero de cada año, en el aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi. En los países con calendarios escolares propios del hemisferio sur se practica el 30 de marzo o alguno de los días próximos.
El exdirector general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, fue entrevistado por Global Education Magazine, diciendo que «tenemos que ser conscientes de que estamos a tiempo de cambiar una cultura de imposición, del miedo, culturas basadas en la especulación económica de deslocalización de la producción en la guerra, que todavía son capaces de transformarse en una cultura del diálogo, de la reconciliación, de la sociedad en una cultura de la paz».
Lanza del Vasto, discípulo directo del Mahatma Gandhi y fundador de la Comunidad del Arca, en una entrevista concedida en Sevilla (1976) dijo: "Sea así en todas vuestras escuelas. Estableced un día dedicado a la No-violencia".


e transformarse en una cultura del diálogo, de la reconciliación, de la sociedad en una cultura de la paz».
Lanza del Vasto, discípulo directo del Mahatma Gandhi y fundador de la Comunidad del Arca, en una entrevista concedida en Sevilla (1976) dijo: "Sea así en todas vuestras escuelas. Estableced un día dedicado a la No-violencia".



miércoles, 8 de enero de 2014

Niños soldados .


Miles de niños continúan siendo secuestrados para servir de soldados, espías, mensajeros, criados y esclavos sexuales a fuerzas y grupos armados. La pobreza, la propaganda y la ideología también siguen conduciendo la participación de los niños en muchas zonas de conflicto. Los niños son soldados obedientes y baratos capaces de infundir terror tanto en los civiles como en las fuerzas rivales. Aquellos que son obligados a luchar son generalmente pobres, analfabetos, y provienen de zonas rurales. Los voluntarios suelen estar motivados por un deseo de huir de la pobreza o son atraídos fácilmente por llamamientos a ideologías étnicas, religiosas o políticas. Los adolescentes en plena formación de su identidad son particularmente vulnerables al reclamo del combate. Los que sobreviven acaban muchas veces heridos físicamente y marcados psicológicamente, habiendo perdido años de escolarización y socialización. Cuando termina un conflicto, algunos son rechazados, mientras que otros pueden retomar su vida de estudiantes, hermanos, padres, miembros de la comunidad y trabajadores.







Niños soldados
"Un niño intentó huir [de los rebeldes], pero lo atraparon... Le ataron las manos, y después nos obligaron, a los demás cautivos recientes, a matarlo con un palo. Me entraron náuseas. Al niño lo conocía de antes. Éramos de la misma aldea. Me negué a matarlo y me dijeron que me dispararían. Me apuntaron con una pistola para que lo hiciera. El niño me preguntaba "¿Por qué lo haces?" Yo respondí que no tenía elección. Después de que lo matáramos nos obligaron a untar nuestras armas con su sangre. Dijeron que teníamos que hacerlo porque así no temeríamos a la muerte ni intentaríamos escapar... Todavía sueño con el niño de mi aldea al que maté. Lo veo en sueños, hablándome y diciéndome que lo maté por nada, y yo lloro."
Susan, 16 años, secuestrada por el Ejército
de Resistencia del Señor en Uganda



A. Prevención: tratamiento de las causas fundamentales y prevención de los secuestros y el tráfico transfronterizos

Los esfuerzos para frenar el uso de los niños como soldados debe centrarse en las causas fundamentales del reclutamiento infantil y en la conducta de los reclutadores. Puede ser necesario un control transfronterizo y regional en muchos casos si se pretende seguir las huellas del fenómeno de manera adecuada. Hay que enviar un mensaje político fuerte a todos los responsables tanto de los secuestros como de las circunstancias en las que éstos pueden ocurrir.

La comunidad internacional debe continuar promoviendo la reactivación y el reforzamiento de las normas y los sistemas de valores locales que protegen a los niños; el enjuiciamiento de los reclutadores infantiles por parte de los sistemas judiciales locales, nacionales e internacionales; la mejora de las oportunidades educativas y profesionales para los jóvenes; y los esfuerzos continuados para reducir la pobreza e implicar a los jóvenes en la reconstrucción y desarrollo de sus comunidades. Estas comunidades necesitan estar implicadas directamente en los esfuerzos, pues los recursos y la sabiduría locales suelen ser cruciales para el sostenimiento de las intervenciones de los programas en nombre de los niños afectados por los conflictos armados.
B. Desmovilización y reintegración de los niños soldados

La Asamblea General y el Consejo de Seguridad han coincidido a menudo en que la desmovilización, la rehabilitación y la reintegración de los niños soldados han de estar integradas en cualquier negociación de paz y acuerdo de paz resultante, así como ser afrontadas durante el propio conflicto. El reclutamiento de niños es una violación de sus derechos y ha de tratarse las antes de las negociaciones de paz si fuese necesario. Una desmovilización y una reintegración satisfactorias pueden ayudar a prevenir los ciclos continuados de violencia. La desmovilización y la reintegración de los niños soldados durante y después de los conflictos continúa siendo un proceso complejo y desafiante y la comunidad humanitaria sigue buscando la integración de las lecciones aprendidas de los procesos de desmovilización y reintegración en Camboya, El Salvador, Liberia, Mozambique, Rwanda y otras zonas de conflicto. El Consejo ha hecho un llamamiento justo a las partes en el conflicto armado para asegurar una desmovilización y una reintegración rápidas, y también a los Estados Miembros para asegurar unos recursos adecuados y sostenibles para una reintegración a largo plazo. Sin embargo, entre los retos fundamentales para los organismos y los donantes que intentan planificar un programa adecuado de desmovilización y reintegración para los niños soldados se encuentra la desalentadora falta de información básica sobre las características esenciales de los niños que han de ser desmovilizados y los mejores medios para asegurar su reintegración. Entre las lecciones iniciales aprendidas del programa de desmovilización y reintegración introducido en el Acuerdo de Paz de Lomé en Sierra Leona está el hecho de que tales esfuerzos deben caracterizarse por unos procesos de movilización y reintegración para los niños dentro del marco de trabajo del programa más amplio para todos los combatientes, una mirada centralizada en la reintegración de los niños en sus comunidades de origen, y apoyo a los valores y mecanismos culturales existentes tales como la rehabilitación tradicional, la mediación comunitaria y la reconciliación.

La particular situación de las niñas sigue requiriendo defensa y nuevos enfoques. Mientras se aplican los programas de desarme y desmovilización, es difícil identificar y acceder a mujeres y niñas que pueden haber sido secuestradas y llevadas como "esposas" o dependientes de los combatientes. Estas mujeres, niñas y sus hijos, a las que a menudo se llama "seguidoras de los combatientes", se mueven de un sitio a otro con sus secuestradores, perpetuando un ciclo de dependencia. En Sierra Leona se ha desarrollado un programa especial de orientación para que las acompañantes de los combatientes proporcionen información sobre salud reproductiva, agresiones sexuales, reuniones familiares, formación de conocimientos y otras cuestiones. Se espera que esto anime a las secuestradas a salir a la luz. Los programas de ayuda ya funcionan para niñas menores de 18 años y sus hijos identificados a través de estos esfuerzos, pero sigue faltando apoyo a las víctimas mayores de 18 por la ausencia de programas dirigidos apropiadamente.
C. Desmovilización y reintegración durante los conflictos: evitar el riesgo de re-reclutamiento

Los esfuerzos por desmovilizar a los niños soldados durante los conflictos se han llevado a cabo en Colombia, la República Democrática del Congo, Sierra Leona, Sri Lanka y el Sudán. Tales esfuerzos son cruciales: la desmovilización de los niños es una necesidad que no puede ser rehén de progresos políticos. En cada caso, la prevención del re-reclutamiento o re-alistamiento ha sido una preocupación abrumadora. Sin embargo, tal prevención no puede ocurrir sin poner en su lugar estructuras y programas con los recursos adecuados para recibir a los niños desmovilizados y asegurar su rehabilitación sostenible.

Una infraestructura económica reactivada con oportunidades para la juventud puede ser crucial para el éxito inmediato de un programa de desmovilización y reintegración. Los conflictos armados ofrecen oportunidades económicas que pueden atraer a los niños a alistarse como soldados, generando un ciclo que sólo puede romperse por medio de alternativas económicas viables. Los niños soldados desmovilizados de Liberia que carecían de conocimientos productivos o cuyas habilidades eran inservibles en una economía destrozada fueron reconvertidos pronto en fuerzas combatientes dentro de la región y fuera de ella, o empleados en la explotación y el tráfico ilícitos de minerales y recursos. Los antiguos niños soldados corren un riesgo más alto que otros niños de ser reclutados porque ya están formados. Se requieren recursos adecuados y una perspectiva a largo plazo para prevenir el re-reclutamiento, combinados con una comprensión de las percepciones locales de los antiguos combatientes.

Los niños separados de sus familias tienen una enorme probabilidad de ser reclutados o re-reclutados para formar parte de las fuerzas y grupos armados. El ACNUR, el UNICEF, el CICR y una serie de organizaciones no gubernamentales han desplegado sus esfuerzos en zonas de conflicto para evitar separaciones, identificar rápidamente a los niños separados y reunirlos con sus familias de manera oportuna. Tales programas se ven dificultados por la violencia en curso. La extensión del reclutamiento continuo significa que, incluso tras los esfuerzos por reunir a estos niños con sus familias y rehabilitarlos, corren peligro de re-reclutamiento. Se ha informado numerosas veces acerca de niños que han sido reclutados y secuestrados en la República Democrática del Congo, llevados a países vecinos para su formación y luego devueltos a la República Democrática del Congo para combatir. Algunos, al parecer, fueron secuestrados en las calles de países vecinos.

Una desmovilización y una reintegración satisfactorias son reconocidas como el determinante fundamental de la estabilidad y desmovilización futuras, y la reintegración de niños soldados ocupa una posición principal entre las preocupaciones de los encargados de elaborar políticas y aplicar programas. Sin embargo, las partes en conflicto siguen teniendo que desistir del reclutamiento, asegurar el acceso a los niños soldados existentes y abstenerse de re-reclutar a niños desmovilizados. Sólo entonces la comunidad internacional podrá avanzar en los programas de desmovilización y reintegración a la escala necesaria para asegurar una reunificación familiar satisfactoria y una reintegración a la vida civil para los muchos miles de niños que, según las informaciones, están combatiendo hoy en día.